Hacía tiempo que no teníamos malas noticias de Amy Winehouse. Todo lo contrario, la cantante estaba grabando su último disco y viviendo un feliz momento con su nuevo novio. Parecía que había dejado atrás los malos hábitos, pero la cantante ha vuelto a coquetear con el alcohol.
La semana pasada, la artista ingresó voluntariamente en la clínica londinense The Priory. Según dicen los medios británicos, Amy bebía desde primera hora de la mañana y cada dos por tres montaba algún numerito.
Los excesos de la artista han provocado un retraso en el lanzamiento de su nuevo disco, que no verá la luz hasta que ella salga de rehabilitación. Amy Winehouse lleva más de un año preparando el álbum, que será el primero de la cantante desde el exitoso "Back To Black" de 2006.
El día 8 de junio la cantante tiene una actuación en el Bilbao BBK Live, y aunque nos encantaría que viniera, no sabemos si sus excesos la obligarán a quedarse en casa. No os preocupéis, porque os mantendremos informados.
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